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Piedra de toque de la enseñanza impartida en los colegios maristas es su ideario, verdadero espíritu que dirige la pedagogía de esos centros. Es, digámoslo así, su ley fundamental, su institución, ya que recoge el conjunto directrices que impregnan el resto de las normas que regulan la enseñanza marista. El Colegio Marista educa al alumno según el estilo de Marcelino Champagnat. 1. Es un centro católico ofrecido por la iglesia a la sociedad, que se inserta en la pastoral de conjunto mediante la educación sistemática. 2. Considera la educación, centrada en la persona, entendida ésta como ser libre, responsable y único, capaz de hacer opciones libres y justas, en relación consigo mismo, con el cosmos, con las demás personas, creando una imagen de Dios –origen de su dignidad- y en relación final con El. 3. Inscribe la acción educativa en el marco de una educación católica que favorece la síntesis fe –cultura- vida. Convencido de la necesidad de evangelizar la cultura, la presenta como un medio de comunicación entre los hombres, y el saber, como un compromiso de servicio. Se inserta en las realidades culturales de las distintas regiones de nuestro país y promueve asimismo, el diálogo entre culturas y credos diferentes. 4. Define al centro educativo como el lugar de personalización en el que se vive un estilo de familia. Cada miembro –alumno, padres, no docentes, docentes, Hermanos, etc.- es artífice de su propia formación espiritual, intelectual, física y social, y creador, en la comunidad educativa, de una atmósfera de cordialidad y participación responsable. 5. El eje de centro educativo marista es Cristo al que se llega a través de María, cuya devoción se fomenta: en el colegio marista todo va a Jesús por María. El estilo marista es educar a ejemplo de María con espíritu de sencillez, entrega y servicio, y en el amor al trabajo como medio para la construcción de la comunidad y la realización personal. El educador marista, movido por el amor, prolonga su presencia entre los educandos y les brinda su testimonio: "Para educar a los jóvenes hay que amarlos". Teniendo en cuenta la estrecha vinculación entre evangelización y promoción humana, ayudas a quienes padecen necesidades y coopera con los que trabajan por la justicia y la paz. 6. Se adapta a los cambios que experimenta la sociedad, con una metodología siempre abierta a los adelantos científicos y las innovaciones pedagógicas. |